1. El aire acondicionado y la calefacción representan aproximadamente un 42% de tu factura de electricidad. Poner tu termostato en automático ("auto") en lugar de mantenerlo encendido todo el tiempo ("on") evitará que esté encendido todo el día y ayudará a limitar tu consumo general.1
2. Deja quieto tu termostato. Ajustar la temperatura continuamente hace que tu aire acondicionado trabaje más duro.
3. Usa ventiladores de techo en cuartos ocupados y ponlos a girar en contra de las agujas del reloj en primavera y verano. La sensación térmica te ayudará a sentirte unos 4 grados más fresco.2
4. Apaga los ventiladores al salir de la habitación. Recuerda que los ventiladores refrescan a las personas, pero no disminuyen la temperatura en general.
5. Asegúrate de que el filtro de tu aire acondicionado esté limpio. Un filtro limpio puede ayudar a reducir el consumo de energía entre un 5% y un 15%, y a mantener tu aire acondicionado funcionando en condiciones óptimas.3
6. Cierra las cortinas, especialmente en las ventanas que dan al este y al oeste. Esto ayuda a absorber el calor y los rayos UV antes de que entren a tu hogar.
7. Evita usar electrodomésticos que emiten calor, como el lavaplatos y la secadora de ropa, durante los periodos más calurosos del día. Estos pueden calentar tu casa y esto a su vez hará que tu aire acondicionado se esfuerce más para refrescarla.
8. Usa el lavaplatos y la lavadora de ropa solo cuando estén llenos. Esto ayuda a ahorrar agua y energía.
9. Usa el ciclo de secar en frío en tu lavaplatos, o abre la puerta luego del enjuague final y deja que los platos se sequen al aire.